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La represa hidroeléctrica El Quimbo

El Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, construido por Emgesa, empresa del conglomerado internacional Enel, se encuentra localizado al sur del departamento del Huila en Colombia, entre las Cordilleras Central y Oriental, a 69 km aproximadamente al sur de la ciudad de Neiva por la carretera pavimentada que de Neiva conduce a Gigante. Está localizado a unos 1.300 m aguas arriba de la confluencia del Río Páez con el Río Magdalena. Sus obras fueron oficialmente inauguradas el 25 de febrero de 2011. La Central Hidroeléctrica El Quimbo hace uso de las aguas del río Suaza y Magdalena, cuenta con una capacidad instalada de 400 MW y una generación media de 2.216 Gwh/año, con lo cual abastece cerca del 4% de la demanda energética colombiana.

 

El Quimbo cuenta con un embalse uni propósito de 8.250 hectáreas y sus municipios de influencia son: Gigante, El Agrado, Garzón, Tesalia, Paicol y Altamira. La construcción de sus obras iniciaron en el 2010 y su operación comenzó en noviembre del 2015. La inversión para su construcción fue de USD $1.231 millones y junto con Betania constituye una cadena de generación en el río Magdalena. 

Dentro de los principales objetivos de la Central Hidroeléctrica El Quimbo para el país se encuentran el garantizar la confiabilidad del suministro de energía, elevar la seguridad energética y la estabilidad del sistema eléctrico colombiano y aportar significativamente a la autosuficiencia energética de la Nación. En el 2008, el Ministerio de Minas y Energía anunció la asignación del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo con el objetivo de abastecer la demanda energética que el país requiere a futuro. Esto se logró después de concluir el proceso de Asignación de Obligaciones de Energía Firme, en el cual participaron los proyectos que entrarán en operación entre diciembre de 2013 y noviembre de 2014.

 

De las hidroeléctricas que se construyen ahora en Neiva Huila, la del Quimbo es uno de los proyectos hidroeléctricos más grandes, siendo de los que ha afectado el ecosistema natural en más gran medida, desvió cauces del río Magdalena, deforestando más de 5000 hectáreas de bosque, desplazando especies de fauna nativa, desplazando pueblos enteros de gente, con esto afectando directamente sus formas de vida. Ante esto varias organizaciones se han plantado para ofrecer una resistencia a los proyectos mega hidroeléctricos que devastan la región sudamericana.

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